
Emprendimiento social e inclusivo
La preocupación de las personas y organizaciones desde que la historia existe por incluir a todos sus miembros no es nueva. Dicen los expertos que la vida en comunidades, en sociedad, con una dedicación de tiempo y esfuerzo al cuidado de los demás es seguramente lo que nos caracteriza como humanos y lo que nos ha permitido transitar por la existencia del hombre (y de la mujer) desde el principio de la vida. Incluso, hace unos meses, hemos conocido por el análisis de los huesos de Tina, una niña neandertal de seis años supuestamente con síndrome de Down, que las comunicades cuidaban siempre a todos sus miembros. Pues bien, el emprendimiento es precisamente esto: la innovación que nos hace pensar para crear, pensar para mejorar, crear para avanzar, que no será tal si no incluye una versión social ya conocida y reconocida. Por eso, el Grupo Social ONCE en su conjunto, con todas sus áreas, se suma a impulsar el emprendimiento social que incluye, como ocurre con iniciativas como el South Summit Madrid 2025.
Porque si emprendedor social es quien, partiendo y analizando la problemática social, ambiental o la realidad más difícil a la que se enfrentar algunas personas o grupos de personas, trata de resolverlos con innovación y perspectiva de futuro, ahí encontrarán siempre al Grupo Social ONCE, no desde etapa neandertal pero casi, desde el inicio de nuestra existencia, impulsando y apoyando cuantas iniciativas manejan como eje central ese cariz de inclusión de las personas, de todas las personas, de quienes lo tienen un poco más difícil, de las personas mayores, de las personas con discapacidad y de muchos otros y otras.
Y todo para que este emprendimiento, que es real y que está en el origen de muchas iniciativas personales, grupales y empresariales, mantenga su prioridad de ser responsable socialmente, de crear riqueza social por encima de la riqueza púramente comercial o del beneficio económico propio, de demostrar que es posible, a través de la innovación y una perspectiva diferente, crear impacto en las personas y en las comunidades. Y no se trata de algo absolutamente nuevo, dado que el Grupo Social ONCE lleva ejerciédolo sus casi nueve décadas de existencia y hay quienes incluso citan como uno de los grandes emprendedores sociales a San Francisco de Asís, construtor de una orden monástica capaz de arrastrar modelos de cambio en favor de las personas.
Y si esto lo aplicamos a la tecnología, a la economía circular, a la inversión en formación y empleo, al impacto internacional, al cuidado mediambiental, a la gestión responsable de fondos, a la inteligencia artificial, a la sanidad, a la vivienda, a la accesiblidad o a cualquier ámbito de la existencia económica y social -que son y deben ir de la mano-, nos encontramos con mil iniciativas impulsadas por el Grupo Social ONCE para demostrar que es posible y que, de nuevo y en esto también, se puede hacer compatible la rentabilidad económica con la social y que, además, es deseable como lo demuestra la historia de la humanidad.
Así que, dentro del ecosistema, cada vez más amplio de emprendimiento y la innovación en España, el Grupo Social ONCE tratará de demostrar siempre que el emprendimiento social es el mejor emprendimiento, el que tiene un mayor grado de compromiso y el que atesora, además de las ganas de innovar, incluso de ganar dinero y de poner en marcha empresas viables, el que trata y logra resolver una necesidad social. Un emprendimiento social para garantizar una sociedad inclusiva, una emprendimiento social que, a través de la iniciativa de muchas personas y organizaciones, soluciona muchas necesidades sociales.
En definitiva, un emprendimiento social inclusivo que ha llegado para quedarse, también como una oportunidad de negocio pero, sobre todo, para seguir cuidando a las muchas pequeñas niñas Tinas del mundo.