Grupo de niños y niñas afiliadas junto a monitores y responsables en el centro ecuestre

Niños y niñas afiliados de la ONCE viven una especial jornada en el Centro Ecuestre de Ceuta 

Durante la tarde, este centro ecuestre se llenó de ilusión, sonrisas y alguna que otra golosina vegetal que los pequeños ofrecieron a los calballos, con los que compartieron, desde las cinco de la tarde, espacio y experiencias sensoriales, que les ayudaron a reforzar su vínculo con estos preciosos animales y a conocer de cerca el mundo del caballo.

Uno de los niños afiliados cepillando uno de los caballos del centro ecuestre

La experiencia arrancó con la bienvenida del director del centro, Javier Pérez, y su equipo de monitores, que guiaron a los pequeños en un recorrido por las instalaciones, vistando las  cuadras, el almacén, para conocer cómo se alimentan los caballos, qué comen y cómo duermen. Por supuesto, el grupo de niños y ninas pudieron tocarlos, alimentarlos y acariciarlos para establecer un primer contacto que despertó en todos ellos la curiosidad por saber más.

Después, pudieron pasear a lomos de varios ponis y caballos, no sin antes cepillarlos y dejarlos preparados para ese esperado momento, que todos ellos vivieron con muchos nervios  y emoción que, aunque para algunos no fuera primera vez,  seguro que no olvidarán.

Esta actividad responde al compromiso conjunto de la ONCE con el IDC por la inclusión y el desarrollo personal y de superación de los niños y niñas con discapacidad visual, que además favorece su propia autonomía personal

Uno de los niños junto a la monitora ecuestre durante la monta del caballo

 

Compartir :

Te puede interesar