Tras sus 33 años de desarrollo profesional dentro del Grupo Social ONCE, los últimos diez dedicada de pleno a temas de diversidad e igualdad, Susana Moreno asegura, sin vacilar, que se considera “una persona con suerte y satisfecha profesional y personalmente”. A lo largo de su trayectoria, Susana ha hecho un recorrido por las tres áreas del Grupo y ahora se siente muy contenta donde está, como jefa del Departamento de Diversidad, Equidad e Inclusión de Ilunion.

Como experta en temas de diversidad e igualdad, reconoce que una de las cosas que más le preocupa es la evolución de la gente más joven, porque “parece que habíamos avanzado, que íbamos consiguiendo cosas, pero nos hemos parado un poco en el camino”.

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En esta materia, Susana considera que todos aportamos de alguna manera a nuestra sociedad, y en su caso particular, “la valoro en la normalización, en hacer las cosas de una forma que no se marquen las diferencias. Y que esas diferencias que existen sean consideradas como aportadoras de valor. Para mí lo mejor es dar ejemplo, actuar con normalidad y que no haya que levantar la mano muchas veces, sino que todo vaya poco a poco considerándose normal”.

Desde el terreno más personal, afirma que ha tenido muchos puntos de inflexión en su vida, pero, sin duda, uno de los más importantes ha sido su padres que “han tenido una influencia decisiva a lo largo de mi vida y han marcado lo que ha sido mi forma de actuar, mis valores y mis creencias y un estilo propio en lo personal y en lo laboral”. Y en este camino, Susana se imagina su futuro muy similar al presente. “Yo vivo el día a día, creo que es muy importante tener muy claras las cosas dentro de la incertidumbre en la que vivimos, porque no es que se pueda tener todo claro. No tengo grandes ambiciones, sí que me gustaría que mi hija, o la gente de generaciones más jóvenes, tanto hombres como mujeres, tuvieran un abanico mucho más amplio de posibilidades, tuvieran mucha más consciencia de lo que son las cosas, y más respeto los unos con los otros”.

En cuanto a recomendaciones hacia las mujeres, ella prefiere hablar “de personas” y cree que “debemos saber qué queremos, dónde nos encontramos con mayor plenitud e ir hacia ahí”. Sí es cierto, apunta que, ante las mujeres con discapacidad, “no podemos cerrar los ojos, lo tienen más difícil, requieren de más esfuerzo, pero lamentablemente tienen que seguir luchando, es así”. Para poder avanzar, “no hay fórmulas magistrales”, concluye.