
Accesibilidad “urbi et orbi”
Nos preocupamos por las personas, por todas las personas “urbi et orbi”, esto es, en todos los rincones del mundo. Y, por eso y para eso, llevamos trabajando muchos años, décadas incluso, para promover una realidad inclusiva desde la accesibilidad. ¿De qué serviría tener un buen empleo si no puedes salir de casa? ¿De qué serviría un buen empleo si el transporte público o privado no te permite llegar a él? ¿De qué serviría si, una vez en él, no es accesible física o tecnológicamente? ¿De qué serviría tener un buen empleo y hasta un buen salario si luego no puedes acceder a una web para elegir tus vacaciones? ¿De qué serviría si no puedes pagar con tarjeta de crédito cuando acudes a cualquier centro comercial con tus amigos o familia? De nada. Así que la accesibilidad se constituye como una clave de actuación antes, ahora y siempre del Grupo Social ONCE y, por eso, hemos trabajado e impulsado la nueva Ley Europea de Accesibilidad, que acaba de entrar en vigor. Y hemos viajado a Bruselas estos días, al frente de la iniciativa de la Comisión Europea 'AccesibleUE', para decir alto y claro que las leyes están para cumplirlas porque 100 millones, sí, sí, 100 millones de europeos con discapacidad, quieren poder ejercer muchos derechos de ciudadanía, y la accesibilidad es uno de ellos.
Y volvemos al “urbi et orbi”, no desde la Plaza de San Pedro como hacen tradicionalmente los papas en sus bendiciones, desde España, desde el país del Grupo Social ONCE, para impulsar sociedades más inclusivas que superan incluso a los 100 millones de personas antes citadas, también a muchísimas personas mayores o con diferentes dificultades, para quienes todas las medidas de la nueva ley son positivas, les permiten una vida mejor, le convierten en más usables y accesibles muchos servicios y, en definitiva, les generan oportunidades.
Porque se trata, en definitiva, de dar respuestas y eso es lo que queremos hacer desde el Grupo Social ONCE. Impulsar y ofrecer soluciones a muchas personas con discapacidad de España y del mundo, y trabajaremos intensamente para lograrlo; para que esta transformación, que es casi revolución, llegue de forma real y homogénea a todos los rincones de la Unión Europea, el lugar desde donde nos mira también el resto del mundo en busca de mejoras sociales, inclusivas y sostenibles, como hemos hecho también en la reciente Cumbre de la ONU sobre financiación para el desarrollo que se ha celebrado en Sevilla. Ahí hemos estado para que en la declaración final también se incorpore a las personas con discapacidad de forma transversal, no para que aparezcan por el mero hecho de serlo, sí para no ser excluidas de muchos proyectos de interés que pueden y deben llegar a toda la ciudadanía.
Así que vamos a lograr que esos productos y servicios de uso cotidiano que todas y todos usamos sin más, sin pararnos a pensar en que algunas personas no pueden utilizarlos, sean accesibles: aparatos electrónicos de consumo (televisores, smartphones, ordenadores, consolas de videojuegos, etc.); medios de transporte; máquinas expendedoras y de venta de entradas o de viajes; sitios web y apps móviles; plataformas de comercio electrónico y servicios de emergencia entre otros, cumplan requisitos para que todos puedan utilizarlos. Porque gracias a la nueva legislación, para cuyo cumplimiento estaremos vigilantes, toda la ciudadanía será beneficiada, también las personas con discapacidad, los 100 millones de europeos y, desde ahí, ya saben “urbi et orbi”.