Las personas con discapacidad en el Mediterráneo se enfrentan a una exclusión sistémica, con tasas de desempleo que a menudo superan el 70 % y una financiación limitada para los programas de discapacidad. La heterogeneidad del Mediterráneo y las marcadas disparidades socioeconómicas entre sus orillas hacen que sea especialmente importante adoptar un plan regional y priorizar la inclusión de las personas con discapacidad.