Contigo Somos Once

José Luis Arribas Granados, director técnico de la FEDC

José Luis Arribas: "Si tuviese que nacer otra vez, volvería a vivir lo mismo"

Es el flamante director técnico de la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC), desde abril

Unos se van y otros llegan. Ha cogido el relevo en el cargo de la dirección técnica de la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC) tras la jubilación de Jon Cortina. Y quién mejor que José Luis Arribas Granados, exdeportista de élite formado en la gestión, para asumir esta responsabilidad. “Es un auténtico placer ocupar este cargo; siempre he anhelado poder ser partícipe de la familia del deporte paralímpico y ahora mismo tengo esta nueva oportunidad. Mi objetivo es trabajar para que nuestro deporte tenga la mayor repercusión social y que los deportistas ciegos o con discapacidad visual puedan tener todas las oportunidades que tienen los deportistas sin discapacidad”, declara el medallista paralímpico en los Juegos de Atlanta 1996. 

Madrileño, de 50 años, luce un palmarés deportivo que para muchos lo quisieran. Desde niño su mejor asignatura tenía que ver con la formación física, que ha mantenido hasta la actualidad. Cuando cumplió los catorce, con su afiliación a la ONCE, descubrió la natación, disciplina deportiva por la que subiría al pódium de los ganadores en no pocas ocasiones... Le avalan 16 medallas internacionales -9 oros, 3 platas y 4 bronces- conseguidas en campeonatos mundiales y europeos (entre 1993 y 1998), además de la destacada plata en los Juegos Paralímpicos (JJPP) del ´96. 

Las modalidades de nado o estilo, en el medio acuático, dejaron  de tener secreto para él, a raíz de entrar a formar parte de la ONCE. Y es que la piscina del CRE de Madrid, donde cursó estudios hasta su mayoría de edad, le cautivó desde el primer momento. Sí, sabía nadar con antelación pero no hasta el alto nivel de prepararse para poder competir y ganar. Se le abría así todo un mundo de posibilidades, que recuerda con inmenso cariño y agradecimiento: “Realmente encontré mi sitio, el mejor lugar para practicar deporte con más seguridad e incluso ser más competitivo porque estaba enfrentándome a chicos con una discapacidad visual igual a la mía”

Competitivo desde niño. Con cinco años ya andaba en los tatamis con la práctica del taekwondo, arte marcial que compartía con los amigos infantiles. También jugaba al fútbol y participaba en las Ligas del municipio de Alcobendas, donde residía con la familia. Sin lugar a dudas, aquella etapa iniciaba su camino deportivo y perfil de superación. “Mi mayor éxito en aquella época fue en un Campeonato de Madrid, que quedé campeón, podría tener nueve o diez años... y cinturón marrón”, refiere. 

A la postre, elegiría el agua como medio para alcanzar las preseas. Lo tenía al alcance de la mano con duros entrenamientos, eso sí. “La posibilidad de tener una piscina todos los días al lado de donde estudiaba me ofreció la opción de iniciarme en la natación. Yo sabía nadar pero no había competido nunca”, dice. El ímpetu y entusiasmo por la disciplina de su monitor de natación, Luis Leardy (deportista paralímpico, actual director de Comunicación y Relaciones Externas del Comité Paralímpico Español) influiría en la decisión, a buen seguro. “Luis fue mi primer entrenador; a partir de ahí, el vínculo de estar estudiando en el CRE con poder nadar a diario hizo que encajase mejor este deporte -relata echando la vista atrás- Luego dejé de estudiar y comencé a trabajar en la venta del cupón de la ONCE"

Trabajo y entrenamiento. Con juventud, fuerza y tesón combinaba ambas facetas, la laboral y la deportiva, desde su mayoría de edad. “Me tocó empezar a trabajar muy pronto, mi madre se quedó viuda al poquito de afiarme a la ONCE. Las circunstancias familiares me abocaron a tomar la decisión de ponerme a trabajar; y la ONCE estuvo ahí para echarme un cable y darme la posibilidad del trabajo y poder seguir nadando”, comenta con sincero agradecimiento... “Estoy muy agradecido a quien considero mi Casa, que es la ONCE"

A pie de calle anduvo 22 años repartiendo ilusión con los productos de juego de la organización de ciegos. Compaginaba su labor en la venta con la natación. Eran otros tiempos, corrían los ´90 y el Plan ADOP (con las ayudas a los deportistas) estaba por llegar. Pero se las apañó bien y brilló con luz propia. Hoy diríamos que ‘la ilusión puede con todo’ pues, tras largas horas de trabajo, continuaba su entrenamiento con excelentes resultados. “Siempre se dice que lo importante es participar pero cuando estás a nivel competitivo también es importante ganar”, considera sin acritud.

La oportunidad de formarse en la gestión de Servicios Sociales, en el primer plan Proyecta  en 2015, le abrió las puertas del Departamento de Servicios Sociales para Afiliados en la Delegación Territorial de Castilla y León donde permaneció hasta el 2019. Y continuó su trayectoria laboral, en la Territorial de Madrid como jefe de la Unidad de Autonomía Personal y Bienestar Social hasta su nombramiento como director técnico de la FEDC. “No lo esperaba realmente pero surgió esta oportunidad por la jubilación de Jon Cortina, en la federación. Consideraron que podría ocupar el puesto con ciertas garantías y vengo encantado porque es el mundo del deporte en el que participé como deportista y ahora estar en labores de director técnico es otra experiencia”, declara. 

Anda en la fase de la toma de contacto con su recién estrenada responsabilidad. “La FEDC no se para en ningún instante y sigue rodando. Me he subido a este carro y estoy viendo como rueda para ver si es necesario introducir algunos cambios, que pueda yo ofrecer y considere que vaya a mejorar... pero solo llevo dos meses”,  argumenta al hilo de la cuestión: ¿qué tienes en mente para aportar y sumar?. Ni qué decir, “no entras como un elefante en una cacharrería”, expresa así la intención de sus acciones. 

De sobra sabe que cuando acaban unos Juegos Paralímpicos (JJPP París 2024) arranca la preparación de la siguiente Olimpiada. “Este año es post juegos y preparatorio para los del 2028 en Los Ángeles, aunque estén lejos, aquellos que quieran llegar tienen que ponerse las pilas desde ya”, aconseja con conocimiento de causa. De hecho, el medallista paralímpico (plata en 100 metros braza) siguió creciendo en otras modalidades deportivas, que incluían la natación en sus filas, como el Triatlón adaptado (natación, ciclismo y carrera a pie) o el Acuatlón (natación en aguas abiertas y carrera a pie) donde se llevó alguna que otra medalla también. “Me gusta competir, si no compito me cuesta mucho hacer deporte y ahora compito conmigo mismo”, refiere con una sonrisa. 

No entiende de sacrificios si justifican el fin. Satisfecho con su trayectoria vital mira con optimismo hacia el futuro, construido con esfuerzo desde el pasado cuando arrancaba su vida laboral como agente vendedor de la ONCE y se entrenaba para ganar. “A mi no me parecía tan duro el trabajo, me parecía más duro estar entrenando a las seis de la mañana y a las nueve irme a trabajar, y volver a entrenar a las cinco”, rememora. Y continua: “Cuando estás haciendo algo que te gusta no lo vives como un esfuerzo o que sea más o menos duro. Ahora miras hacia atrás y te das cuenta de los sacrificios que has tenido que hacer para poder realizar lo que te gustaba y por suerte obtener triunfos. Pero yo no lo percibía en aquel momento como algo duro, como un sacrificio grande, porque estás haciendo algo que te gusta. Sarna con gusto no pica. La verdad es que... si tuviese que nacer otra vez, volvería a vivir lo mismo”, concluye. 

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Genoveva Benito
Periodista