Sedas con los colores del Grupo Social ONCE

Ganar el futuro

Por eso queremos lanzar hoy este mensaje que trata, como hemos hecho siempre los hombres y mujeres de la Organización, de ganarnos el futuro, de adelantarnos a las realidades presentes y venideras para conseguir que miles de personas que ahora tienen una discapacidad visual y otros miles que se acercarán a nosotros en los próximos años (a una media de unos 3.200 afiliados y afiliadas más cada año) encuentren un paraguas de cobertura multicolor y moderno, accesible, asequible, tecnológico, disruptivo y acogedor al mismo tiempo, cariñoso y útil para ofrecer todas las oportunidades posibles, en todas las edades, en todos los puntos de la geografía y en todas las realidades.

Tanto una persona ciega como una persona que ha perdido la visión quieren seguir teniendo oportunidades en todos los ámbitos de la vida: acceder en igualdad a entornos educativos, laborales, sanitarios, tecnológicos, de transporte y comunicación, de ocio y cultura, de deporte y hasta de acceso a productos o bienes de primera necesidad; pero no solo, también requiere una adaptación y atención emocional, cada vez más importante, y, en todo ello, cada vez tenemos que estar más cerca y ser más útiles.

El reto es enorme porque nos va en ello el bienestar de más de 71.000 personas y sus familias durante los próximos años y, por eso, hemos querido construir la casa desde los cimientos e involucrar en este proceso a todos y todas quienes quieren y pueden aportar: hemos empezado con un diagnóstico apoyado en una encuesta a más de 5.000 personas afiliadas a la ONCE; hemos creado equipos de trabajo conjunto entre nuestros profesionales -los mejores del mundo en esta tarea- y expertos externos que aportan otra mirada; abrimos grupos de debate y talleres; trabajaremos con iniciativas piloto en algunos centros; y, con toda seguridad, concluiremos con un sistema de atención a personas ciegas absolutamente innovador, moderno y capaz de ofrecer lo que todos y todas desean, con una capacidad de innovación y adaptación continuas.

Las aspiraciones de las personas ciegas no son muy distintas a las del resto de la ciudadanía, es decir, queremos tener acceso de forma autónoma y con todos los derechos a ese mundo cambiante que no es igual que hace 20 años (por mucho que insista el tango) y mucho menos que hace tres o cuatro décadas.  Y está claro que no vamos a perder un ápice de nuestra identidad y de nuestra, si se permite, obsesión de servicio, porque vamos a seguir siendo líderes, marca social en España y en el mundo del avance de las personas ciegas que siempre han peleado, pelean y pelarán por defender sus derechos. Con la convicción de que vamos a ganar al futuro, a ganar el futuro.


 

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