Coincidiendo con la conmemoración del Día Internacional del Voluntariado, el 5 de diciembre, en nuestra sección ‘Así Somos Nosotras’ hablamos con Segunda Silva, una mujer con ceguera afiliada a la ONCE, jubilada ya tras una larga trayectoria profesional como maestra en el CRE y que, ahora, en esta nueva etapa, decidió dedicar parte de su tiempo a ser voluntaria en la Organización haciendo lo que más le gusta, enseñar (a otras personas ciegas), en algo que no se le da nada mal, la tecnología.

Cuenta Segun -como todo el mundo la llama- que ella entró como alumna en el colegio de la ONCE en Sevilla cuando tenía 11 años, en el año 70; después estudió la carrera de Filología Inglesa en Santiago de Compostela y, tras ello, se ha dedicado a la enseñanza de este idioma durante más de 25 años. “La entrada en el colegio de Sevilla fue un momento muy importante -recuerda-, porque estaba muy lejos de Finisterre, de donde yo soy en todos los sentidos”.

Como también han sido momentos muy destacados para ella la primera vez que recibió un perro guía o la primera clase que dió, pero, sobre todo, destaca “cuando me enseñaron a leer, cuando aprendí a leer el primer libro que pude leer, eso a mí se me ha quedado muy grabado”, asegura.

Su afán por aprender y enseñar Segun lo sigue demostrando ahora en su dedicación como voluntaria de la ONCE cuya inquietud surgió, tal y como relata, en el momento en el que las personas ciegas comienzan a acceder a las nuevas tecnologías. “Se crearon listas de colaboración de ayuda mutua con las que todos hemos ido aprendiendo un montón, hacíamos jornadas de tecnología para aprender y para informar y también hacíamos jornadas de tecnología para ir compartiendo la información que teníamos todos.  Cuando yo me jubilé, como me gusta enseñar, decidí dedicarme al voluntariado y ayudar a aquellas personas ciegas adultas, a las que les cuesta acceder a esas tecnologías como el móvil o el ordenador”, explica.

Para Segun la palabra igualdad significa igualdad de oportunidades para hombres y mujeres y, a su juicio, “actualmente hay mucha desigualdad -afirma- y dependiendo de en qué condiciones nazcas tienes unas oportunidades u otras, y la discapacidad lógicamente también incide en esta desigualdad”. En su trayectoria profesional, como se ha desarrollado en la ONCE, “no ha habido discriminación”; pero como también ha trabajado con gente que no tiene discapacidad, por ejemplo, en reuniones de grandes grupos sí reconoce haber sentido cierta discriminación por ser mujer.

Ante esto, Segun Silva afirma que es muy importante que las mujeres “tengan sueños, que tengan objetivos o que los vayan haciendo según van madurando y cumpliendo años, pero también es muy importante conocerse y ver qué posibilidades tienes”. “Hay que ser realista pero no significa renunciar a tus ambiciones y a tus objetivos sino pensar: “esto tengo, ahora con esto yo quiero hacer esto otro, pero ¿cómo lo puedo conseguir?”.  Dentro de lo que se puede hacer, incluso ir más allá, hay que fijarse unos objetivos y luchar por cumplirlos, no se sabe si se alcanzarán o no, pero como casi todo en la vida, tú haces lo que crees que tienes que hacer y luego pues se verá el resultado”.

Segun no ambiciona demasiado para su futuro, “espero seguir progresando y ayudando a otros a que también progresen”. Y desde esta experiencia, “animo a otras mujeres afiliadas a ser voluntarias en la ONCE, ayudando a otras personas ciegas cada una en el campo que le gusta o que se le da bien, porque es fantástico”. Y así concluye Segun con un “¡Chicas, adelante!".