Gráfica del Seminario "Salud y género, prevenir para transformar"

El Observatorio de Igualdad de Oportunidades del Grupo Social ONCE aborda “Salud y género, prevenir para transformar”

En el seminario celebrado el 18 de noviembre, con la participación de Fraternidad-Muprespa y Daño Cerebral Estatal

El Observatorio de Igualdad de Oportunidades del Grupo Social ONCE ha celebrado, el día 18 de noviembre, uno de sus seminarios habituales, en esta ocasión bajo el título “Salud y género, prevenir para transformar”. Conducido por la presidenta del Observatorio de Igualdad de Oportunidades, Patricia Sanz Cameo, el seminario ha contado con la participación de Natalia Fernández Laviada, subdirectora general de Prevención, Calidad y Comunicación en Fraternidad-Muprespa, y Ana Cabellos Cano, presidenta Ejecutiva de Daño Cerebral Estatal.

Prevención de la seguridad y la salud laboral con perspectiva de género

Además de su cargo como subdirectora general de Prevención, Calidad y Comunicación de Fraternidad-Muprespa, mutua colaboradora con la Seguridad Social, Natalia Fernández, entre otras muchas cosas, lidera con éxito equipos diversos para difundir la cultura de la seguridad, el bienestar y la salud corporativa en empresas sostenibles, colabora activamente en varias tribunas y docencias y participa habitualmente en congresos, mesas redondas, debates y distintos foros, todos ellos en torno a la diversidad, la igualdad, seguridad y salud, el liderazgo y el bienestar social. 

En su exposición, Natalia Fernández trató de responder a la pregunta de: “¿Por qué analizar, observar, interpretar el mundo de la mujer en torno al ámbito de la salud desde el punto de vista económico, social, cultural y político?”

Natalia Fernández durante su intervención

“Lo primero que tenemos que hacer es pensar, tener conciencia de esto para poder frenar y gestionar mejor todo lo que tiene que ver con la mujer y con la diversidad. Y así, la primera razón para hablar de esto es por justicia social, afirma. Basa su respuesta en los ODS 3, 5 y 10, los relacionados con la salud y el bienestar, la igualdad de género y la reducción de desigualdades, “porque si añadimos el concepto mujer, el de mujer con discapacidad, agregamos un plus a lo que estamos hablando. Y todo esto hay que hablarlo desde la clave de los derechos humanos y no como una agenda política”, aseguraba.

Para la experta, el segundo motivo radica en la existencia de “un montón de normas”. “Nos encontramos con ni más ni menos que 250 normas, es decir, el legislador se ha ocupado y preocupado de este tema y lo está haciendo en textos internacionales, normativa europea, normativa básica, normativa por materias estatal, autonómica..., pero lo importante es aplicarla”.

Una tercera razón para abordar esta temática, alegaba Natalia Fernández, tiene que ver con el sexo. “El sexo y género no es lo mismo. El sexo está relacionado con características fisiológicas y biológicas, con las cuales nacemos, y en las que hay claras diferencias de todo tipo entre hombres y mujeres”. “Estas diferencias biológicas, genéticas, fisiológicas, antropométricas, neurológicas y sensoriales afectan a la salud de las mujeres de forma distinta”, explica, y en relación a ello, asevera que “la invisibilidad que ha existido con ese sesgo de género en las mujeres sobre las condiciones de trabajo, se extiende a mucha invisibilidad en cuanto a la investigación, a los datos, en los ensayos clínicos, el estudio de las enfermedades, el determinar e incluso diagnosticar enfermedades crónicas que en las mujeres se tarda el doble, con seis años de media, frente a los hombres”.

La cuarta razón es la del género, con tres apartados claros: “el androcentrismo, la segregación y los temas relacionados con factores psicosociales y salud mental”, exponía. Frente a las desigualdades en el ámbito laboral entre mujeres y hombres, para Natalia Fernández es importante la promoción de la salud y hablar de este tema.

Por último, una quinta razón tiene que ver con los beneficios empresariales.

“Así que, una vez que tenemos perfectamente claro por qué y cuáles son las razones de justicia social, normativa, relacionadas con el sexo, relacionadas con el género y por qué es bueno para la economía y para las empresas, toca hacer diagnósticos en nuestras propias empresas, en nuestras corporaciones, para conocer la situación en la que nos encontramos, para establecer una estrategia de cambio con un plan de acción con diferentes medidas. Unas son a corto plazo, otras son a largo plazo, algunas son inmediatas y todas con ese compromiso y con esa política en prevención que siempre hablamos de lluvia fina de capilaridad, porque esto tiene que empezar desde arriba y llegar a todos los estamentos de las empresas”, concluía.

La discapacidad en mujeres con daño cerebral adquirido

A continuación, intervino la presidenta ejecutiva de Daño Cerebral Estatal, Ana Cabellos, quien tiene más de 30 años de experiencia trabajando con colectivos de personas con especiales dificultades, como población reclusa, menores en situación de riesgo, mujeres y personas con discapacidad.  Su relación con el daño cerebral comenzó en 2001 tras el accidente de tráfico de un familiar. Apoyó la creación de la Asociación de Daño Cerebral Sobrevenido en Castilla-La Mancha, de la que fue gerente hasta 2016 y presidenta ejecutiva desde ese momento.

Ana explicó minuciosamente qué es el daño cerebral y qué se hace desde su entidad para trabajar con las personas que tienen daño cerebral adquirido (DCA). Expuso que, “según la Sociedad Española de Neurología, el DCA es un concepto clínico heterogéneo que no depende de una etiología concreta y que se define por un conjunto de secuelas en múltiples áreas funcionales, es decir, en nuestro lenguaje. El daño cerebral adquirido es lo que las secuelas que quedan después de haber sufrido una lesión cerebral”.

Ana Cabellos durante su intervención

En este sentido, se refirió a sus principales causas como el ictus, que es la mayor causa de daño cerebral adquirido en nuestro país y la primera causa de discapacidad a largo plazo en adultos y, según los últimos datos, la segunda causa de demencia en Europa; también los traumatismos craneoencefálicos, las anoxias (falta de oxígeno en el cerebro), los tumores cerebrales y como novedad, aunque ya de unos años a esta parte no es tan novedad, lo que se llama COVID persistente. Habló también de las secuelas del daño cerebral adquirido: las motoras, cognitivas, neuropsicológicas, problemas de memoria, de atención, problemas de orientación, de cálculo, secuelas sensoriales, problemas auditivos, problemas de visión, conductuales, problemas de desinhibición, de apatía, etc., y se refirió a aquellas que son muy discapacitantes.

“El daño cerebral adquirido es una ruptura profunda en el proyecto de vida, tanto personal como familiar, y rompe de una manera completamente repentina que modifica todos los roles de la familia. Tanto para la persona con daño cerebral adquirido como para su entorno familiar. Por eso siempre decimos que no existen personas con daño cerebral adquirido, sino familias con daño cerebral adquirido”, asegura. 

En la federación, explicaba, aparte de trabajar en defensa de los derechos de las personas con daño cerebral, tienen el Observatorio Estatal de Daño Cerebral, que básicamente se encarga de hacer estudios acerca de cualquier elemento que tenga que ver con DCA, y también el Instituto Estatal de Formación, que realiza cursos, en principio para las personas afectadas, sus familias, las entidades, y cada vez más para cualquier persona que quiera estar formado en lo que tiene que ver con daño cerebral.

Con relación al género, expuso que, según los últimos estudios, las cifras arrojan que más de 220.000 mujeres con DCA viven en España y hay más de 60.000 nuevas altas hospitalarias anuales. De éstas, un 80% van a tener discapacidad, aunque solo un 42% de las mujeres van a pedir la acreditación por la merma de derechos que esto supone. “Una cosa muy importante -dijo- es que 130.000 mujeres que trabajaban antes de tener el daño cerebral adquirido no pueden hacerlo tras la lesión. En un momento dado, por sus secuelas, habrá algunas que no puedan trabajar, pero otras no van a poder porque hay una falta grave de apoyo específico, lo que llamamos siempre la doble discriminación”

Aseguraba Ana Cabellos que “hay una gran infradetección, una falta de registros oficiales y estrategias de salud con perspectiva de género, lo que resulta en una menor codificación y monitoreo del daño cerebral adquirido en mujeres. Los casos leves suelen pasar desapercibidos. También hay una menor solicitud de reconocimiento social de la discapacidad y un mal diseño de sistemas de salud y de dispositivos médicos”

Interés desde el Grupo Social ONCE

A modo de resumen, la presidenta del Observatorio de Igualdad de Oportunidades explicó que la participación de Natalia Fernández en este seminario responde a que “como Grupo Social ONCE estamos dando ahora los primeros pasos en prevención de riesgos laborales con perspectiva de género y, además, con esa claridad de que si no tenemos datos, las medidas que pongamos en marcha serán por intuición, pero no por un conocimiento previo y estadístico de lo que les pasa a nuestros trabajadores y trabajadoras”.

Patricia Sanz durante su intervención

Patricia Sanz se refirió a la prioridad absoluta de contratación de personas con discapacidad, y a la preocupación de incrementar la presencia de trabajadoras en general, y especialmente de trabajadoras con discapacidad en la plantilla. “Estamos convencidas de que no solo queremos tener más presencia en general y en los puestos que habitualmente ocupamos por estar más feminizados (por sector o por tradición), sino que queremos estar presentes en otros sectores”

Por su parte, la participación de Ana Cabellos en el seminario responde “al claro objetivo al que queremos llegar, y queremos hacerlo con la colaboración y la ayuda de las expertas. Y como parte de la población a la que representamos y de la que luego tiramos para seleccionar e incorporar a nuestra plantilla, nos preocupa conocer los episodios de daño cerebral, cómo podemos prevenirlos mejor, cómo podemos detectarlos mejor y sobre todo cómo debemos actuar en caso de que sean parte de nuestra plantilla o en caso de que ya con ese daño cerebral adquirido se incorporen a nuestra plantilla”, concluía.

 


 

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Yolanda S. Baglietto

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