Da un paseo por nuestros orígenes con Oncelio
Llevamos más de ocho décadas trabajando para mejorar la vida de las personas con ceguera u otras discapacidades
¿Qué es el Grupo Social ONCE?
Para entender qué es el Grupo Social ONCE debemos remontarnos a principios del siglo XX, años en los que, superada la gran crisis española del XIX, todos los ciudadanos aspiraban a una mejor calidad de vida.
En los primeros años del siglo XX empezaban a despuntar algunos sorteos callejeros que eran realizados en ocasiones por personas con ceguera, quienes también querían ganarse la vida con un trabajo digno. Destacan especialmente las rifas más populares de la zona del Levante español, donde un grupo de personas con ceguera creó lo que luego sería el "cupón prociegos".
En 1903, coincidiendo con la tradicional rifa por la festividad de San Antón en el barrio alicantino del mismo nombre, Francisco Piuzano y Juan quinto Serna, personas con ceguera, vieron en este sorteo una posible oportunidad de beneficio para aquellos que, como ellos, estaban sin trabajo y decidieron copiar el modelo y realizar este sorteo diario, creando así ‘La Caridad’ o ‘rifa deis ceguet’, la rifa de los ciegos alicantinos.
Esta llegó a vender mil cupones diarios al precio de diez céntimos. Los vendedores se comprometían a vender una serie de cien números y de los 10 céntimos del boleto destinaban seis al premio, uno a La Caridad y tres para el vendedor.
En esos años, los vendedores solían ir acompañados de su lazarillo, por lo que la venta comenzó a llamarse popularmente ‘la rifa de las parejas’ y en zonas como Murcia y Almería, donde se copió este sistema, ‘los iguales’. Nacía así un concepto que nos ha acompañado hasta hoy, un siglo después y que se convirtió en un grito en las plazas y calles del país.
A principios de la década de 1930, algunos ciegos españoles comenzaron a barajar la posibilidad de unir sus fuerzas. En 1935, tras una reunión entre el entonces presidente del Gobierno, Alejandro Lerroux, y el presidente de la asociación de ciegos sevillana ‘La Hispalense’ Javier Gutiérrez de Tovar, se dieron los primeros pasos para la legalización de la venta de esas loterías.
En esa época también destacó la labor realizada desde Cataluña por el ‘Sindicat de Cecs" que, con la colaboración de la Comisaría de Asistencia Social, implantaron el primer cupón pro-ciegos en Cataluña.
En junio de 1935 tuvo lugar un hito destacado al coincidir varias asociaciones de ciegos de Madrid, Andalucía, Levante y Cataluña para llegar hasta el Gobierno con la intención de obtener una autorización provisional para la venta, aunque la llegada de la Guerra modificó las previsiones.
El 25 de agosto de 1938, Gutiérrez de Tovar se dirigió a los asistentes al Congreso de la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias donde defendió la necesidad de que la Tiflología, como suma de conocimientos relacionados con los ciegos, fuera considerada una de las más importantes ciencias sociales como forma de integración social para las personas ciegas.
Esta reunión, con un enfoque netamente social, impulsó el nacimiento de la Organización Nacional de Ciegos, ONC, el término "españoles" se incorporó al nombre en abril de 1952, quedando como ONCE y se defendía la venta del cupón como vía económica para garantizar la mejora social, la autonomía y la autosuficiencia de la Organización.
Mientras, el Gobierno de la época no veía con buenos ojos esa realidad que surgía del asociacionismo y había preparado un proyecto para un Patronato de Ciegos, dotado con subvenciones municipales, provinciales y estatales, y una pensión para cada ciego necesitado.
En las postrimerías de la Guerra Civil imperó un proyecto común: crear una organización nacional de ciegos que, aunque gestionada por los mismos ciegos, estuviera respaldada por el Estado, con el fin de asegurar la afiliación obligatoria de todas las personas con ceguera o discapacidad visual grave. La fuente de recursos y empleo sería, con exclusividad, el cupón.
El 13 de diciembre de 1938, festividad de Santa Lucía, patrona de las personas con ceguera, fue firmado el decreto 22.893, texto que se incluyó en el BOE del 16 de diciembre de 1938, a partir del cual inicia su singladura oficialmente la Organización Nacional de Ciegos, ONC.
La fecha del primer sorteo del cupón de la Organización Nacional de Ciegos es el 8 de mayo de 1939. Se realizó en Madrid y el premio correspondió al número 922.
Estos fueron años muy complicados en los que las personas ciegas luchaban por sobrevivir en un país que apenas salía de la Guerra Civil y al que le esperaban duros años. El sorteo del cupón ya estaba implantado en la sociedad española a pesar de las dificultades.
Con el paso de los años, y a partir de su formato se fueron modificando las fórmulas de venta del cupón. La actividad se había fortalecido y en las cuentas de resultados de la ONCE quedaba reflejado este éxito, ligado al primer despertar social en España, en época de desarrollismo.
La Organización impulsó las primeras iniciativas de creación de empleo como las fábricas de cepillos y de dulces en Madrid. Y, en otras localidades como Alicante, un taller de fabricación de cestas, cepillos, alpargatas y cordeles; en Zaragoza, un taller de escobas y artículos de mimbre; en Cataluña, una fábrica de artículos de limpieza o una de las iniciativas más populares: la fábrica de dulces "Santa Lucía" de Zaragoza, donde trabajaron muchas mujeres ciegas.
Se trató en esos años y los siguientes de desarrollar un plan centrado en la formación y en la creación de centros de empleo alternativo a la venta del cupón.
Coincidiendo con su 25 aniversario, en 1963, la ONCE focalizó sus esfuerzos en el impulso de la enseñanza gratuita a todos los afiliados a la Organización a través de una amplia red de centros especiales para la formación y preparación para un empleo de calidad de todos sus afiliados, lo que impulsó la creación de nuevos centros de formación profesional y talleres ocupacionales.
Cuatro proyectos destacados fueron la Escuela de Telefonía, que inició su actividad en 1966; la Escuela de Fisioterapia, iniciada en 1964 y hoy convertida en la Escuela Universitaria de Fisioterapia de la ONCE; el Centro de Rehabilitación y Formación Profesional e Industrial, en 1966 y el Centro de Rehabilitación Social para ciegos adultos iniciado en 1973.
También se impartió formación a personas con discapacidad visual del medio rural con iniciativas como Granjas - Escuela Avícolas. Por otra parte, se dio un gran impulso a iniciativas culturales como las bibliotecas específicas para personas ciegas, las imprentas braille y el servicio de "Libro Hablado", acceso a la educación y la cultura e iniciativas conectadas con los centros de formación.
Los 70, con el gran cambio político del país, fueron años de crisis y se frenó la integración laboral de personas con discapacidad. Pero la semilla estaba sembrada y las personas ciegas afiliadas a la ONCE, especialmente los jóvenes formados en los colegios y algunos desde movimientos universitarios y sindicales elevaron su voz al ritmo de la sociedad española.
La democracia se abrió paso en España, pero tardó algo más en la ONCE. En 1981 se aprobó un Real Decreto que estableció las bases democráticas y que abrió el camino para la celebración de las primeras elecciones de la ONCE, que tuvieron lugar en enero de 1982 y en las que resultó elegido presidente Antonio Vicente Mosquete. Un consejo general elegido por los afiliados dirigió a la Organización hacia la recuperación económica, logró generar riqueza y trasladarlo a bienestar para los afiliados, con importantes mejoras en la calidad de vida de las personas ciegas españolas.
La liberalización del juego (1977) y la posterior despenalización (1983) forzó a la ONCE a modificaciones para hacer su cupón más atractivo y frenar la pérdida en el mercado. Así, el 13 de diciembre de 1981 se celebró el primer sorteo extraordinario.
Y, con la gestión en democracia, llegaron las apuestas comerciales: el 2 de enero de 1984 se llevó a cabo una gran reforma del cupón pasando el sorteo a ser nacional y aumentar los premios sustancialmente. Se lanzó la primera gran campaña publicitaria con el eslogan ‘La ilusión de todos los días’ con un éxito tal que se rebasaron todas las expectativas. El 4 de octubre de 1985 nació un segundo producto, el Super Sorteo Fin de Semana con cinco cifras al cupón y que permitió a los vendedores una jornada laboral de lunes a viernes.
La ONCE había iniciado una senda de futuro, apoyada en la gran oferta comercial. El 1 de octubre de 1987 se lanzó el "Cuponazo" de los viernes. El Cuponazo, con su oferta de 100 millones de pesetas por el precio de 100 pesetas, triunfó en la calle. Todo este éxito llevó a la Organización a una buena situación económica que le permitió hacer inversiones empresariales y dotarse de un pequeño grupo de empresas (Fundosa y luego Ceosa) con las que trató de demostrar que la inclusión laboral de personas con discapacidad era posible y, además, rentable. Son los primeros pasos empresariales, que se irían adaptando a las realidades del país y que concluirían en 2014 con el nacimiento de Ilunion.
Los buenos resultados económicos permitieron extender la solidaridad a otros colectivos y la ONCE crea la Fundación ONCE para la cooperación e integración social de las personas con discapacidad, financiada con el 3 por ciento de los ingresos brutos por la venta del cupón.
Y no se queda aquí. En 1990, los servicios sociales para las personas ciegas seguían siendo una prioridad y como consecuencia de ello se impulsa la Fundación ONCE del Perro Guía, con la finalidad de criar y adiestrar perros guía para personas ciegas o deficiencia visual grave y contribuir así a la mejora de su autonomía y la seguridad de sus desplazamientos.
La última década del siglo supone un cambio cualitativo en la formación y el empleo de las personas ciegas y con otras discapacidades, subidos a la buena realidad económica que impulsa procesos e iniciativas de educación y formación para personas con discapacidad dentro y fuera de España.
De hecho, la Organización, que ya participaba en foros internacionales, se lanza con su modelo fuera de España y crea en 1988 la Fundación ONCE para América Latina (FOAL), que centra su actividad en la puesta en marcha de proyectos de educación, formación y rehabilitación en esta región del planeta y, también, en otras áreas deprimidas se inaugura el crecimiento exponencial. Actualmente trabaja en 19 países.
Se fue ganando presencia en otros foros internacionales como la Unión Mundial de Ciegos (UMC), la Unión Europea de Ciegos (EBU) o el Consejo Internacional para la Educación de las Personas Ciegas (ICEVI).
Las nuevas tecnologías de la información son las protagonistas del siglo XXI y la ONCE pone todo su empeño en renovarse y hacer de la accesibilidad un rango imprescindible: telefonía móvil adaptada, dispositivos parlantes incorporados desde la producción, Apps con infinidad de utilidades…
La tecnología supone para las personas con discapacidad la posibilidad de nuevas fórmulas de comunicación y, en el caso de las personas sordociegas, incluso les conecta con el mundo. Este grupo de personas con necesidades muy específicas cuentan a partir de 2007 con una nueva fundación que les ayuda en su día a día: la Fundación ONCE para la Atención a las Personas con Sordoceguera (FOAPS).
La ONCE no ceja en su empeño de impulsar su vertiente más social -apoyada en las loterías responsables, seguras y sociales- y participa en los debates abiertos respecto a la economía social. Se aprueban entonces las leyes de Economía Social y de Juego a partir de las cuales se reforma el Real Decreto Regulador de la ONCE que nos da por primera vez la posibilidad de establecer acuerdos con operadores de juego del ámbito europeo (germen de la puesta en marcha en 2012 del Eurojackpot) y se abren nuevos canales y modalidades como las loterías instantáneas siempre bajo los estrictos principios de Juego Responsable avalados y certificados con los más exigentes sistemas de evaluación y seguimiento definidos por la Asociación Mundial de Loterías y la Asociación Europea de Loterías y Totos del Estado.
Un gran hito fue la celebración del Sorteo 11/11/11 con un gran acto institucional que contó con la presencia de la entonces Princesa Letizia y una gala televisada que incluía el sorteo del cupón y que fue líder de audiencia.
En 2014 se produce la fusión de todas las empresas que dependían de la ONCE y de la Fundación ONCE en una sola iniciativa que toma un nombre muy representativo: la suma ilusión y unión da lugar al nacimiento de Ilunion, la nueva marca que representa a este grupo de empresas y aúna la experiencia acumulada por las dos primeras áreas: social y fundacional durante más de tres décadas. Ilunion es la demostración de que la economía social es posible, un modelo empresarial y social formado por personas, un elevado porcentaje con discapacidad, que trabajan para personas.
Del binomio ilusión y unión, dos de las claves de la historia de la ONCE y su Fundación, nace Ilunion para demostrar que se trata de un conjunto de centros de trabajo y empresas con gran experiencia e importante resultado económico y social.
Tras esto, se inicia el debate sobre una denominación capaz de definir el espíritu de las tres áreas en las que opera la Organización bajo un denominador común. No hay duda: nace el concepto Grupo Social ONCE, una marca que es más que la suma de ONCE, Fundación ONCE e Ilunion, es un compromiso continuo con la ciudadanía desde el desarrollo conjunto, para tratar de impulsar sociedades más justas y más inclusivas: ONCE, como prestador de servicios para personas ciegas apoyado en su trabajo como operador de una lotería responsable, segura y social; la Fundación ONCE, palanca de empleo, formación y accesibilidad; y las empresas sociales Ilunion que ofrecen a muchas personas ciegas, con discapacidad, sin discapacidad y otras en riesgo de exclusión la oportunidad de formación y de conseguir un trabajo digno.