¿Puede la inteligencia artificial aprender de las personas con discapacidad?

“Alexa, pon música”. ¿Te suena, verdad? Seguro que has probado a utilizar un asistente de voz como Alexa o Siri y te ha resultado muy cómodo. ¿Alguna vez te habías planteado lo útil que puede ser para una persona con ceguera que, por ejemplo, Alexa encienda la vitrocerámica a fuego medio?

La inteligencia artificial (IA) está abriendo nuevas puertas para facilitar la vida a las personas con discapacidad y sobre todo para favorecer su autonomía a la hora de realizar las tareas tan cotidianas como preparar la comida. Escuchamos hablar de que la IA es una aliada para las personas con discapacidad, ¿es realmente cierto? ¿Qué dice la propia inteligencia artificial al respecto?

Le preguntamos a ChatGPT

Hemos empezado nuestra búsqueda de respuestas preguntándole a ChatGPT si la IA es una ayuda para las personas con discapacidad y esto es lo que nos dijo:

La relación entre la inteligencia artificial (IA) y las personas con discapacidad es compleja. En general, la IA tiene el potencial de ser una herramienta valiosa y transformadora para mejorar la calidad de vida y la accesibilidad para las personas con discapacidad. Sin embargo, también existen desafíos y consideraciones éticas que deben tenerse en cuenta.

Transformando vidas: los beneficios de la inteligencia artificial para personas con discapacidad

ChatGPT nos dejaba una clave que nos encanta porque encaja con uno de nuestros mayores objetivos en Grupo Social ONCE: la IA tiene el potencial para transformar vidas. Vamos a ver algunos ejemplos de cómo está acompañando en su día a día a las personas con discapacidad:

  • Autonomía gracias al reconocimiento de voz y la domótica: como mencionábamos al principio, aplicaciones como Siri, Ok Google o Alexa están ayudando a las personas con discapacidad a ser independientes. Y su uso no se limita solo al ámbito doméstico, ¿conocías su utilidad en el ámbito empresarial? Por ejemplo, nuestras áreas ONCE e Ilunion han incorporado la biometría de voz para mejorar la accesibilidad y la atención a nuestros vendedores.
     
  • Comunicación con todos incluidos: traductores de braille o de lenguaje de signos a voz facilitan la comunicación para aquellos con dificultades auditivas o visuales. Un ejemplo que nos encanta es Visualy, un sistema que utiliza la IA para convertir sonidos en señales luminosas, comercializado por nuestra área empresarial Ilunion Accesibilidad.
     
  • Movilidad avanzada: coches autónomos, asistencia al conductor, optimización de rutas según tráfico y obstáculos... la IA también ha llegado a la industria del motor mejorando la movilidad de las personas con discapacidades físicas. Sí, ¡nos gusta conducir!
     
  • Descubriendo el talento de todos los candidatos: ¿sabías que gracias a la IA también se pueden crear procesos de selección más inclusivos? Por ejemplo, para valorar las demandadas soft skills o habilidades blandas en las personas con discapacidad, y que puedan demostrar sus capacidades con pruebas de evaluación accesibles. Empresas como Microsoft y nuestra área fundacional ya lo están poniendo en marcha.
Aprender de la discapacidad: hacia una inteligencia artificial más inclusiva

A pesar de los avances, tal y como nos contaba ChatGPT, todavía hay desafíos que pueden limitar la presencia de las personas con discapacidad en la revolución de la Inteligencia Artificial. ¿Cuáles son esos desafíos y qué podemos hacer para que la IA aprenda a ser inclusiva?

  • Mayor uso de la IA: El primer desafío nos corresponde a nosotros, las personas. A medida que utilicemos más la IA conoceremos las aplicaciones útiles que le podemos dar en nuestro día a día.. Según un estudio sobre el impacto de la IA en las personas con discapacidad realizado por el Real Patronato sobre Discapacidad y en el que ha participado nuestra área fundacional, el 99,8% de las 864 personas encuestadas conocen productos de inteligencia artificial, pero solo el 12,3% las usa.
     
  • Datos sesgados: este punto es fundamental y es que los sistemas de IA se nutren de datos y si estos contienen sesgos, o no incluyen información sobre la discapacidad, inevitablemente las herramientas pueden llegar a ser discriminatorias. Un caso claro es el uso de sistemas de IA en la selección de personal, que pueden estar sesgados si no se asegura que estén libres de los prejuicios tradicionales. Es muy importante que los sistemas de datos de los que aprende la IA tengan en cuenta la realidad de las personas con discapacidad.
     
  • Diseño inclusivo: si bien la IA puede ser de gran ayuda para mejorar la accesibilidad, también existe el riesgo contrario. Por ejemplo, una aplicación que utilice imágenes sin describirlas no será accesible para personas con discapacidad visual o un asistente virtual que solo responde a comandos de voz no lo será tampoco para personas con discapacidad auditiva.
     
  • Coste de la tecnología: los dispositivos con IA pueden tener un precio elevado, limitando su acceso. De hecho, fueron muchas las personas encuestadas en el estudio que hemos mencionado antes que se referían a ello al hablar de qué les limitaba el uso de la IA: “Algunas cosas muy útiles como la domótica son excesivamente caras”.

Conclusión: la IA ya es parte de nuestra vida diaria y seguirá sorprendiéndonos con nuevos avances. Para que siga siendo nuestra aliada, es momento de unirnos y trabajar juntos en su desarrollo, codo a codo, para construir un futuro de IA para todos.

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