¿Qué es el diseño inclusivo y cómo su aplicación beneficia a todas las personas?
El diseño inclusivo es aquel diseño, creación o confección de un producto, servicio, sistema o entorno de manera que el máximo número de personas posible queden incluidas, incorporadas, en su utilización y amortización, y lo hagan en igualdad. Es decir, hablamos de diseño inclusivo cuando, desde el principio del proceso de creación y conceptualización, se empatiza con todos los perfiles de usuarios a la vez y se tienen en cuenta la diversidad y la heterogeneidad de la humanidad, las posibles personas que vayan a usar ese producto, servicio, sistema o entorno, y se crea ese elemento intentando no dejar a nadie fuera de la experiencia de su posible uso, intentando no excluir, intentando un impacto positivo en la sociedad, intentando ser versátil, accesible y con las adaptaciones necesarias para todo tipo de públicos, también las personas con distintas discapacidades.
Elixe Roy, que trabajó como diseñador de UX en Google, determinó: “Cuando diseñamos para las personas con distintas discapacidades, todos nos beneficiamos”.
¿Qué es el diseño inclusivo?
Es un diseño que no quiere dejar a nadie fuera, que incluye, y que busca igualdad. Es por eso que decimos que el diseño inclusivo beneficia a todas las personas, sean como sean, personas ciegas o que ven muy bien, personas tristes o alegres, personas con conocimientos avanzados o analfabetas, personas de culturas y formaciones distintas, personas a las que le falta una mano… El diseño inclusivo busca, no solo aceptar la diversidad y tenerla en cuenta, sino favorecerla en la medida de lo posible haciendo que todo lo creado bajo sus principios sea accesible y tenga características que permitan el acceso universal y en igualdad a su uso, para cualquier persona. Y todas las personas a la vez, no solo para un colectivo concreto.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en torno al 15% de la población mundial presenta algún tipo de discapacidad permanente, a lo que se suma en altos porcentajes las discapacidades temporales que todas las personas tenemos alguna vez en la vida producidas por una recuperación médica, unas condiciones de hábitat eventualmente distintas, configuraciones específicas, tecnología insatisfactoria, etc. Esto hace que el volumen de consumidores potenciales de productos y servicios que tienen discapacidad o características diversas sea tan elevado como para procurar, por parte de los fabricantes y creativos, un diseño inclusivo, que en la mayoría de casos además es rentable económicamente y de forma reputacional.
Un diseño inclusivo puede ser desde la arquitectura de un edificio teniendo en cuenta que por todas sus plantas se moverán posibles personas que no ven o que van en silla de ruedas, hasta una página web que va a ser navegada por personas a las que les cueste leer o no comprendan determinada terminología, o un sistema sanitario que atenderá a personas que no hablan el idioma del país, o un lavavajillas eléctrico de un gran fabricante multinacional que tiene que ser fácil de encender y entender en todos los países y culturas del mundo. Estos ejemplos son diseño inclusivo si se tuvo la accesibilidad en mente desde los principios de su confección.
Principios del diseño inclusivo
El diseño inclusivo se rige por varios principios o valores que, llevados por el buen camino y con conciencia del mundo súper diverso en el que vivimos, harán de ese producto, servicio, sistema o entorno algo para todas las personas sean como sean. El hecho de ser accesible, equitativo en experiencias, respetuoso y considerado con el propio usuario, consistente en la propuesta, no perder el carácter de herramienta o utilidad, ser configurable o adaptable y capaz de agregar valor sobre lo existente hace que un diseño sea inclusivo.
Vamos a ver un poco más despacio y en detalle cada uno de estos principios:
Proporcionar experiencias comparables
Un producto, bien o servicio con diseño inclusivo debe tener en cuenta que la experiencia de uso o disfrute que tengan todos sus usuarios debe ser comparable. En determinados casos será imposible conseguir una experiencia exactamente igual para un perfil de usuario y otro, pero sí experiencias que se acerquen y sean relativamente similares.
Diseño inclusivo es lo opuesto a diseño excluyente, por lo que, yendo a ejemplos concretos, un electrodoméstico con panel táctil sin relieve, como una vitrocerámica o un horno microondas, que una persona que no ve no puede usar con soltura ni autonomía ya que requiere tener visión para obtener feedback y ver la posición de botones, no sería un diseño inclusivo. Existen muchos aparatos así que, en actualizaciones posteriores o mediante adaptaciones analógicas y físicas, intentan adaptarse a usuarios ciegos totales, pero su diseño inicial no tuvo en cuenta la accesibilidad universal y colocar estas adaptaciones o actualizaciones los hace incómodos para el usuario que sí ve o el usuario que no oye. Luego su diseño no sería inclusivo, sino que hablaríamos de adaptación particular y diversificación o separación.
Considerar la situación del usuario
Todo diseño inclusivo debe tener, ante todo, en cuenta la situación exacta y perfil de usuarios. Existen muchos diseños que, pese a tener buena intención de ser de uso y disfrute universal y no dejar a nadie fuera, no han terminado de empatizar con la situación real de los usuarios distintos o no han querido incorporar en la fase de diseño y creación a perfiles de usuarios distintos que puedan probar directamente esos bienes, servicios o productos que se están diseñando.
Por suerte, cada vez es más habitual en las empresas y equipos creativos que haya plantillas multi-perfil que incorporan personas con discapacidad, personas con distinta cultura, orientación sexual, idioma nativo… Gracias a estos equipos diversos, el diseño inclusivo es más fácil y se genera desde los primeros bocetos e ideas, teniendo feedback rápido y directo de esos trabajadores diversos ante cualquier paso dado en el proceso de diseño, llegando al producto final o el producto mínimo viable siendo totalmente inclusivo.
Nada para tener en consideración y de primera mano la situación real del usuario como incorporar en el proceso creativo a una plantilla diversa y que presente, en primera persona, todo tipo de perfiles y capacidades. No obstante, cuando no es posible incorporar perfiles diversos en el proceso creativo, se puede buscar empatía y experiencias reales dejando las fases de testo pre-lanzamiento y pos-creación en otras personas.
Ser consistente
El diseño inclusivo no debe estar reñido con la consistencia, la utilidad real o la importancia y pertinencia de ese bien. Un producto diseñado de manera inclusiva, como puede ser un automóvil donde tanto una persona con movilidad reducida como una que no la tiene puedan subirse sin problemas ni barreras, no debe ser menos consistente o presentar menor calidad, materiales, estética o durabilidad que un automóvil totalmente inaccesible para una persona con movilidad reducida así. El diseño inclusivo no debe ir en detrimento de otras características ni su consistencia.
Dejar que el usuario mande
El diseño inclusivo pone en el centro al usuario y su diversidad, y, por tanto, también cómo esa persona va a sacar partido o hacer uso de ese producto, servicio, entorno o sistema, cómo va a adaptarse la experiencia a sus características vitales, tales como su discapacidad o no, su cultura, su formación, su prisa, su estado de ánimo… El diseño inclusivo no debe obligar ni limitar al usuario, la persona sigue siendo la que manda y se moldea ese bien, producto o servicio a sus necesidades o incluso apetencias puntuales específicas. El diseño inclusivo es polivalente y versátil.
Ofrecer opciones
Pero también el diseño inclusivo debe proponer múltiples opciones de uso, ajustes de personalización y configuraciones. A menudo hablamos de Apps o páginas web con diseño inclusivo cuando estas presentan una casilla de Configuración u Opciones donde el usuario con discapacidad visual y baja visión puede aumentarse el tamaño de letra o incorporar contrastes, o donde el usuario sordo puede activar subtítulos para los diálogos o voces de vídeos y audios. El diseño inclusivo permite “customizarse” la experiencia de uso y ser adaptativo a la realidad de cada persona en cada momento. Eso es inclusión, búsqueda de no dejar a nadie fuera o que no pueda configurarse la experiencia.
Priorizar el contenido
Diseñar de forma inclusiva y accesible para todas las personas, sean como sean y tengan o no discapacidad o dificultades específicas, hace que el contenido de ese producto, servicio, sistema o entorno deba permanecer siempre como primordial, no desvirtuarse ni perderse por causas de la accesibilidad o la polivalencia. Como decíamos antes, el diseño, en todos sus niveles y también el estético, no debe estar reñido con la inclusión y la creación pensando en la igualdad.
Agregar valor
Una de las ventajas indiscutibles de todo diseño inclusivo es que agrega valor, tanto al sector en el que se encuentra el producto, bien o servicio, como a la imagen del fabricante o diseñador, que, sin duda, con su diseño está procurando un mundo mejor, más justo y más igualitario. Además, un diseño inclusivo hace que ese producto tenga un valor neto superior al producto excluyente que deja fuera a determinados perfiles de personas, por ejemplo las personas con discapacidad. Una botonera de ascensores con braille y relieve en los botones además de locución sonora de en qué planta del edificio se está tiene más valor agregado que una botonera antigua donde todos los botones son iguales, con poco relieve, sin indicación braille y sin sonido de planta o movimiento. Además, siguiendo con este ejemplo, hablamos de puro diseño inclusivo porque el ascensor con botonera braille no deja fuera, ni incomoda, ni tiene peor estética para el usuario que sí ve y va a pulsar los botones igual y tener una experiencia de uso similar.
Diferencias entre diseño inclusivo y diseño accesible
El diseño accesible y el diseño inclusivo tienen en común el objetivo de garantizar que los productos, bienes y servicios sean utilizables por una diversa gama de personas. Entre todas esas persoans, se encuentran aquellas con discapacidades o necesidades específicas de su condición y perfil. Sin embargo, existen diferencias importantes entre los enfoques de accesibilidad e inclusión.
Hablamos de diseño accesible cuando la creación de un producto o servicio busca permitir acceso -y uso- a las personas con discapacidad, sea esa discapacidad del tipo que sea, intentar eliminar cualquier barrera para esas personas y responder con ello a las normativas y regulaciones al respecto de la accesibilidad. Pero el diseño accesible no tiene por qué tener en cuenta a otros colectivos ni tiene por qué buscar el uso y disfrute universal de todas las personas a la vez, puede ser un diseño específico para colectivos de personas con discapacidad.
Por su parte, el diseño inclusivo va mucho más allá y es el deseable, ya que busca la inclusión plena y tener en cuenta todos los perfiles de personas, no solo las que tienen discapacidad. Diseño inclusivo es aquel que ha mirado por el colectivo de personas con discapacidad, pero también por personas con diferentes culturas, niveles de habilidad o conocimientos específicos, edad, género, poder adquisitivo… El diseño accesible busca ser flexible a todos los perfiles, adaptable a todas las condiciones y relevante para cualquier tipo de ser humano, además de tener en cuenta que estas condiciones específicas de cada persona pueden ser permanentes o temporales.
El diseño accesible se centra en el producto final y el diseño inclusivo en la metodología para que ese producto, bien o servicio sea útil y bien considerado por cualquier persona, también las que no tienen discapacidad. Luego se impulsa más un enfoque de igualdad entre todos los humanos y versatilidad pura. Además, el diseño accesible está legislado y el inclusivo no, por ser un concepto más amplio y difícil de alcanzar.
Ejemplos de diseño inclusivo
Uno de los mejores ejemplos de diseño inclusivo son los libros en texto y en braille. Si habláramos de libros accesibles, quizá solo serían en braille y pensados para personas ciegas. Sin embargo, si ese mismo texto en braille está también impreso en tinta para que las personas que sí ven y tienen resto visual pueden leerlo, en letras grandes para las personas con baja visión y en lenguaje fácil para las personas con discapacidad intelectual, ahí podemos hablar de diseño inclusivo.
Otro buen ejemplo está en los envases de alimentos. Un diseño inclusivo busca que la persona con baja habilidad o capacidad motora pueda abrir esos envases, pero que no por ello sea incómodo o extraño para la persona que sí tiene todas las capacidades motoras o todos los dedos de las manos. Por ejemplo, un envase con tapa, línea de recorte fácil con iconos comprensibles en cualquier parte del mundo y por cualquier edad, y con pestañas grandes que además tienen relieve, cubre muchos más espectros de usuario que un envase tradicional que no mire por las personas con discapacidad o que mire solo por las personas ciegas, por ejemplo.
En el mundo tecnológico y digital, por supuesto, el diseño inclusivo está a la orden del día y es, por suerte, frecuente. Las apps, páginas webs, programas de software, videojuegos o redes sociales buscan cada vez más ser espacios compartidos por personas de todo tipo, también personas con discapacidad, y dar facilidades al usuario sea como sea, por tanto, con un diseño inclusivo.
Así aplicamos el diseño inclusivo en el Grupo Social ONCE
En el Grupo Social ONCE llevamos la inclusión por bandera, es nuestra razón de ser, y por tanto todos nuestros productos, servicios, entornos, sistemas, etc. cuentan con la prioridad de contar con diseños inclusivos. Más allá de los productos accesibles para personas con una u otra discapacidad, en el Grupo Social ONCE queremos compartir todo lo que hacemos y tenemos con el resto de la sociedad, y desde nuestras páginas webs y aplicaciones móviles, hasta nuestras herramientas, servicios de atención, hoteles Ilunion, formaciones de Fundación ONCE, loterías sociales, seguras y responsables de JuegosONCE, call centers, puestos de trabajo especializados específicos, etc. cuentan con diseño inclusivo.
Los más de 75.000 trabajadores y trabajadoras que formamos el Grupo Social ONCE somos gente muy diversa, con y sin discapacidad, de distintas culturas y nacionalidades, con mayor y menor nivel de conocimiento tecnológico, de todas las edades, con unas preferencias y otras, y trabajamos para el resto del mundo, para el resto de personas, que sabemos que también son plenamente diversas. Es por ello que todo nuestro trabajo y diseño, desde los procesos creativos hasta las revisiones de usabilidad, tienen como norma principal ser inclusivos, adaptados, configurables y contemporáneos.