Ejemplos sencillos de lenguaje inclusivo para el día a día

Hablar bien no es solo una cuestión de gramática, sino también de respeto. 

¿Te has parado a pensar en el poder que tienen tus palabras? A veces una frase puede abrir una puerta… o cerrarla. En el Grupo Social ONCE lo sabemos bien: la inclusión también se construye con el lenguaje.

En nuestro día a día, apostamos por una comunicación que no excluya a nadie y que refleje los valores de diversidad e inclusión que nos definen.

Si quieres dar un paso más en favor de la igualdad, pon en práctica el lenguaje inclusivo. Empezamos con sencillos ejemplos para practicar en el día a día.

¿Qué es el lenguaje inclusivo y por qué es importante utilizarlo?

El lenguaje inclusivo es una forma de comunicación que busca visibilizar a todas las personas y evitar expresiones que refuercen estereotipos o excluyan a determinados grupos.

Cuando hablamos de lenguaje inclusivo solemos pensar únicamente en cuestiones de género, pero su alcance es mucho más amplio: abarca también la discapacidad, la edad, la orientación sexual, el origen o la condición social. En definitiva, se trata de reconocer y reflejar con nuestras palabras la diversidad de la sociedad.

En el Grupo Social ONCE creemos que el lenguaje inclusivo no es una moda sino una evolución hacia un lenguaje más justo y empático. Además, cuando lo utilizamos incentivamos la comprensión, evitamos exclusiones involuntarias y fortalecemos la reputación de toda la organización. Pero, sobre todo, favorece la empatía y reforzamos la coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos en favor de la inclusión.

Ventajas del uso del lenguaje inclusivo

Adoptar un lenguaje inclusivo tiene beneficios reales, tanto para las personas como para las organizaciones.

  1. Promueve la igualdad y el respeto. Cuando usamos palabras inclusivas, reconocemos la dignidad de todas las personas.
  2. Mejora la comunicación. Un mensaje inclusivo es más claro, comprensible y universal. Evita malentendidos y llega mejor a públicos diversos.
  3. Refuerza la reputación corporativa. En el entorno profesional, cuidar el lenguaje demuestra coherencia con los valores de diversidad, equidad y accesibilidad.
  4. Crea entornos más seguros y acogedores. Cuando una persona se siente nombrada y representada, aumenta su confianza y su sentido de pertenencia.
  5. Contribuye al cambio social. Hablar de forma inclusiva nos ayuda a construir una sociedad más justa.

Para las personas con discapacidad, utilizar un lenguaje no inclusivo supone en muchos casos marginación o falta de respeto. Y estamos hablando de aproximadamente el 10% de la población en España. 

Por eso, en Grupo Social ONCE insistimos en la importancia de usar palabras positivas y libres de estereotipos, tanto en los medios de comunicación como en la vida cotidiana.

Dos mujeres en una biblioteca con un ordenador que tiene el ZoomText y el texto en el ordenador: la cultura inclusiva nos hace iguales

Ejemplos de lenguaje inclusivo

La mejor forma de entender el lenguaje inclusivo es verlo en acción. Aquí tienes algunos ejemplos fáciles de aplicar: 

Sustituir el masculino genérico o, lo que es lo mismo, evitar que un solo género represente a todos.
En lugar de “los alumnos deben entregar el trabajo”, podemos decir “el alumnado debe entregar el trabajo”. También podemos decir “el equipo médico” en vez de “los doctores”. O sustituir “es un gran logro para el hombre” por “es un gran logro para la humanidad”.

No usar expresiones que nos hagan caer en clichés.
Por ejemplo, en vez de decir “sufre una discapacidad”, digamos “tiene una discapacidad” o mejor aún, “es una persona con discapacidad”. El foco debe estar en la persona, no en su condición.

Usar términos neutros o colectivos para no excluir a nadie.
En lugar de “los trabajadores y las trabajadoras”, podemos decir “la plantilla”, “el equipo” o “el personal”. También es preferible decir “el personal de limpieza” en lugar de “las mujeres de la limpieza”.

Cuidar los saludos.
Expresiones como “hola” o “buenos días” son siempre inclusivas, pero imagina que llegas a una reunión y alguien dice: ‘Buenos días, señores’ y en realidad también hay compañeras en la sala. Son detalles pequeños, pero marcan la diferencia.

Nombrar la diversidad con respeto.
Frases como “los discapacitados no pueden acceder” son inadecuadas. Lo correcto sería “las personas con discapacidad no tienen acceso” o, de forma más constructiva, “el espacio aún no es accesible para todas las personas”.

Evitar el lenguaje sexista.
Procuremos no usar solo el masculino en formularios o documentos oficiales. Y utilicemos siempre los sustantivos femeninos cuando correspondan: la jueza, la médica, la arquitecta, la bombera.

Ejemplos de uso del lenguaje inclusivo en Grupo Social ONCE

Desde el Grupo Social ONCE trabajamos cada día para que nuestra comunicación refleje los valores que nos definen: inclusión, igualdad de oportunidades y respeto.

Nos hemos unido con el Pacto Mundial de la ONU en la campaña  “D&Iccionario”, una campaña en redes sociales que combina las siglas Diversidad e Inclusión con la palabra diccionario. Su objetivo es sensibilizar sobre cómo el lenguaje influye en la forma en que entendemos la diversidad.

Además, promovemos que todas nuestras comunicaciones —desde notas de prensa hasta publicaciones en redes sociales o materiales corporativos— utilicen un lenguaje respetuoso y accesible. 
Pero es lógico tener dudas sobre el uso del lenguaje inclusivo relativo a la discapacidad. No todo el mundo vive estas experiencias en primera persona.

En el Grupo Social ONCE lo aplicamos de forma natural y, por ello, nos encanta compartir ejemplos que puedan ser útiles a todos y responder a preguntas tales como:

- ¿Está bien decir “discapacitados”? claramente no, apliquemos la regla del respeto y pongamos siempre la palabra persona. El término correcto es persona con discapacidad y si es relevante podemos ser más específicos y hablar de persona con discapacidad visual, o persona con baja visión.

- ¿Se puede decir ciego o sordo? El término “ciego” o “sordo” no son ofensivos, pero nunca digas “el ciego” o “el sordo”, y sí “persona ciega” o “persona sorda”.   A nadie le gusta ser tratado de forma despectiva.

- ¿Es más respetuoso decir “invidente” o “no vidente”? Mejor no usar eufemismos que además pueden llevar a confusión.

- ¿Es correcto decir "Personas con capacidades diferentes" o "Personas con necesidades especiales"?  Aunque bienintencionados, son eufemismos imprecisos y no son los preferidos por la mayoría de las organizaciones y personas con discapacidad. 

Y algunos pequeños consejos para utilizar un lenguaje más inclusivo:

- Como hemos mencionado antes, mejor no decir que alguien “sufre una discapacidad”, o que es “víctima” de ella. El lenguaje victimista no ayuda a las personas con discapacidad a ser vistos como iguales.

- Cada vez es más normal utilizar símbolos y expresiones como “todes” o “lxs niñxs” que buscan visibilizar la diversidad de género. En Grupo Social ONCE priorizamos la claridad y la comprensión, por lo que intentamos no forzar el uso de símbolos y utilizar las formas neutras que puedan ser comprendidas por todas las personas.

Y, por último, algo que nunca falla, si tienes dudas pregunta directamente a la persona con la que estás interactuando cómo quiere ser identificada.

En definitiva, usar lenguaje inclusivo es una forma de decirle al mundo: todas las personas importan y todas tienen derecho a ser nombradas con respeto.  

Cada palabra cuenta. Y, si las usamos bien, todas las personas cabemos en ellas. En Grupo Social ONCE seguimos aprendiendo cada día para que nuestro lenguaje sea, como nuestro trabajo, inclusivo por dentro y por fuera.

Partekatu :