Dos personas delante de un ordenador portátil en la oficina, una con discapacidad visual

El Grupo Social ONCE valora como hito significativo la Ley Europea de Accesibilidad y advierte de no “tomar atajos” en su cumplimiento

En el caso de páginas web, no es correcto el uso de complementos que aparecen en algunas de ellas como herramientas de accesibilidad

El pasado sábado, 28 de junio, ha entrado en vigor la Ley 11/2023 de accesibilidad en productos y servicios. Se trata de la trasposición a la legislación española de la Directiva Europea 2019/882 y establece que los productos y servicios sean accesibles a todas las personas, sin que nadie sea discriminado por sus circunstancias, entendiendo que solo así se podrá alcanzar una sociedad igualitaria e integradora.

El Grupo Social ONCE, con una trayectoria consolidada en la promoción de la accesibilidad universal y el diseño para todas las personas, especialmente con discapacidad, valora este nuevo paso como un hito significativo y un avance que refuerza y consolida los derechos de este colectivo.

El Grupo Social ONCE, formado por la ONCE, Fundación ONCE e Ilunion, ejerce desde hace décadas una labor continuada en favor de la accesibilidad universal, en colaboración con entidades públicas y privadas, sustentada en la experiencia y el conocimiento técnico de sus profesionales. Esta trayectoria constituye un referente en el impulso normativo hacia entornos más inclusivos y representa un avance sustancial en derechos para las personas con discapacidad.

Para conseguir esto es necesario, entre otras cosas, que la sociedad sea consciente de que la accesibilidad no es algo que dependa de buenas voluntades, sino que se trata de un derecho de todas las personas, ya que la vulneración de este derecho puede afectar a aspectos fundamentales como la autonomía, la confidencialidad o la seguridad.

También es necesario que los desarrolladores, fabricantes, empresas, entidades o diseñadores de productos y servicios tengan claro que la aplicación de la accesibilidad no implica un gasto adicional, sino que es una inversión necesaria.

Si se plantean proyectos que tengan en cuenta la accesibilidad desde el inicio, ello no supondrá costes adicionales. Con la cualidad añadida de que cuando un producto es accesible también es confortable para todos y amplía su mercado.

La normativa obliga a que una serie de productos y servicios, como aparatos electrónicos de consumo (televisores, smartphones, ordenadores, consolas de videojuegos, etc.), cajeros automáticos, datáfonos, TPVs, máquinas expendedoras y de venta de entradas, sitios web y apps móviles, plataformas de comercio electrónico y servicios de emergencia entre otros, cumplan requisitos de accesibilidad para todas las personas.

Una chica y un chico ciego con tablets y móviles

 

Accesibilidad web y la necesidad de no tomar atajos

Asimismo, el Grupo Social ONCE considera de vital importancia asumir que, para conseguir la accesibilidad, “no se pueden tomar atajos”, siendo necesario realizar un trabajo sólido y serio, garantizando que se cumple con el propósito, incluido el cumplimiento con la legislación vigente . En el caso de páginas web, por ejemplo, no es correcto el uso de complementos que aparecen en algunas de ellas como herramientas de accesibilidad.

La accesibilidad web no debe considerarse como un añadido posterior o una solución rápida a través de widgets y complementos, que a menudo interfieren con las tecnologías de asistencia utilizadas ya por las personas con discapacidad visual.

“Una página web es accesible cuando lo es desde el origen; a pesar de que, en un principio, se puede pensar que este tipo de software es beneficioso, nada más lejos de la realidad. Los usuarios con discapacidad ya disponen, en sus ordenadores, tabletas o smartphones, de las ayudas técnicas que necesitan para acceder a las páginas de Internet, así como al resto de aplicaciones”, explica Mª Carmen Millán, directora de Autonomía Personal, Tecnología y Accesibilidad y del Centro de Tiflotecnología e Innovación (CTI) de la ONCE.

“La accesibilidad no se puede automatizar, al menos por el momento. La mayoría de los estándares de accesibilidad tecnológica requieren del criterio humano para determinar si las pautas se han aplicado con éxito. En el Grupo Social ONCE llevamos trabajando en ello desde hace muchos años”, concluye.

De hecho, en el compromiso de Europa de promover la accesibilidad, se confió en el Grupo Social ONCE, concretamente en Fundación ONCE, para la creación del Centro Europeo de Accesibilidad, el cual lleva trabajando desde su presentación en Bruselas en julio de 2023 para sensibilizar, concienciar y establecer estándares que se apliquen en productos, servicios y bienes.

Por supuesto también en España, donde hay más de 4,3 millones de personas con discapacidad y otros colectivos vulnerables, como son personas mayores. El Grupo Social ONCE mantiene intacto su compromiso en seguir trabajando y colaborando con la sociedad para alcanzar la plena inclusión y el acceso de todas las personas a productos y servicios.

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